La pérdida de peso se vuelve preocupante cuando ocurre sin una causa clara, especialmente si es rápida, inexplicable y persistente. La pérdida de más del 5% del peso corporal en un mes o 10% durante varios meses sin una dieta intencional o una mayor actividad física puede ser preocupante. La pérdida de peso involuntaria puede indicar problemas de salud subyacentes, incluidos problemas metabólicos, trastornos digestivos o afecciones médicas graves. Si se combina con otros síntomas, como fatiga, debilidad, dolor o fiebre, es importante consultar a un médico para una evaluación más profunda.
La pérdida de peso se vuelve peligrosa cuando conduce a la desnutrición, los desequilibrios electrolíticos o el agotamiento severo de los músculos y las grasas. La pérdida de peso extrema o prolongada, especialmente si conduce a un índice de masa corporal (IMC) en 18.5, puede conducir a un sistema inmune debilitado, un mal funcionamiento de los órganos y otras consecuencias graves para la salud. También puede alterar la función del corazón y el hígado, ralentizar la capacidad del cuerpo para sanar y hacer que las personas sean más vulnerables a las infecciones. Cuando la pérdida de peso rápida o excesiva ocurre en paralelo con la deshidratación o deficiencias de nutrientes, debe ser evaluado por un profesional de la salud.
Ciertas enfermedades pueden causar pérdida de peso, incluidos los trastornos metabólicos como el hipertiroidismo, la diabetes y los síndromes de malabsorción como la enfermedad celíaca o la enfermedad de Crohn. Las infecciones crónicas, las condiciones gastrointestinales y las enfermedades autoinmunes también pueden contribuir a la pérdida de peso inexplicable. Condiciones como la tuberculosis, el VIH / SIDA o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (MPOC) pueden quemar el cuerpo para quemar más calorías de las que puede consumir, lo que resulta en una pérdida de peso. El cáncer y sus tratamientos, como la quimioterapia, también pueden causar una pérdida de peso significativa gracias a una disminución del apetito y un aumento en las demandas metabólicas.
Varios tipos de cáncer pueden causar una pérdida de peso rápida, a menudo debido a un aumento en las solicitudes metabólicas, la reducción del apetito o la dificultad absorben los nutrientes. Los cánceres actuales asociados con una pérdida de peso significativa incluyen cánceres pancreáticos, estómago, esófago, pulmonar y colorrectal. A medida que avanza el cáncer, el cuerpo requiere más energía, lo que puede conducir a la degradación de las grasas y los tejidos musculares, causando una pérdida de peso significativa. En algunos casos, la pérdida de peso también puede ser un efecto secundario de los tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia o la radioterapia, lo que puede afectar el apetito y la digestión.
La pérdida de peso puede ser causada por deficiencias en varios nutrientes, en particular proteínas, vitaminas y minerales. Convertible en nutrientes esenciales como la vitamina D, B12 o el hierro puede causar síntomas como fatiga, debilidad y pérdida de peso involuntaria. La falta de proteína puede causar desechos musculares, lo que dificulta que el cuerpo mantenga su peso. Las deficiencias vitaminas o minerales, especialmente si dañan la digestión o la absorción, pueden contribuir a la desnutrición y la pérdida significativa de peso. Además, una deficiencia en ciertas hormonas, como las hormonas tiroideas, también puede causar una pérdida de peso inexplicable.